La crispación y la inseguridad van en aumento y no sería de extrañar que dentro de poco ocurriera un altercado», explicó Rita Martínez, que monta su puesto de artesanía en ese mismo lugar. Una decena de agentes se desplegaron en la plaza sobre las ocho de la tarde, minutos antes de que los vendedores ambulantes ilegales aparecieran por allí. A principios de julio apenas eran una decena, pero desde la primera quincena de agosto hay noches que se juntan hasta cuarenta, sobre todo los fines de semana.