Alicia pensaría lo mismo, y de esta suerte al par que me servía de remordimiento, era el lenitivo de mi congoja, la compañera de mi pesar, porque ella iba también, como la semilla en el viento, camisetas futbol sin saber adónde y miedosa de la tierra que la esperaba. Arrodillado ante ella como ante una divinidad, camiseta de italia mundial 2022 don Rafo la soplaba con su resuello. Con la hora desvanecida se había hundido irremediablemente la mitad de mi ser, y ya debía iniciar una nueva vida, distinta de la anterior, comprometiendo el resto de mi juventud y hasta la razón de mis ilusiones, porque cuando florecieran ya no habría, quizás, equipacion qatar a quien ofrendarlas o dioses desconocidos ocuparían el altar a que se destinaron.