Acerca de la segunda equipación del Barça, con las cuatro franjas rojas sobre amarillo, el club hace una apuesta atrevida, como hizo hace años la entidad que por entonces presidía Joan Laporta, quien insertó la senyera catalana en la parte alta trasera de la camiseta, idea que a pesar de las críticas recibidas en el entorno culé y fuera de él, acabó siendo asimilada por la mayoría de entidades de la Liga, que apostaron por la enseña de su comunidad o la española.